martes, 3 de febrero de 2009

Chicas Con Web Cam

Curso el último ano del bachillerato, vivo con mi madre ya que ella es maestra en el mismo colegio y está divorciada desde que cumplí los 6 anos y mi padre se fue a los EEUU. Yo entonces, tenía 29 anos, y me encantaba tener una cómplice mayor que yo, era una Chicas Con Web Cam fantasía hecha realidad. Fer tenía ambas manos en los bolsillos y simulaba que se rascaba, pero yo sabía que en realidad se estaba masturbando, habrá Chicas Con Web Cam estado así unos 5 minutos hasta que dijo "basta" y fuimos a su cuarto, en donde tenía su computadora, para ver el cd. Hola chicas sexo webcam mi nombre es José, fanático asiduo de esta página, tengo tiempo intentando escribir un relato, pero es hoy que por fin me decido a escribirlo. Para esta prueba era necesario que yo estuviera en ropa interior, de modo que me ordenaron quitarme toda la ropa a excepción de los calzoncillos (los perdería más tarde en otra prueba). Cuando pasó un rato, el que estaba a cuatro Chicas Con Web Cam patas como yo, se incorporóofreciéndome su polla que ya estaba completamente dura por las caricias queyo le había hecho. Seguro, camina desnudo por un desierto de arena caliente, bajo un cielo blanco abrasador, quemado el aire, destruido el tiempo, donde el momento es un eterno éxtasis y los muchachos - ahí hay uno- están boca abajo, Chicas Con Web Cam como negros brasilenos sobre la arena caliente, restregando sus sexos en el placentero fuego, ofreciendo sus culos abiertos, mojados al final de piernas aún más abiertas, a quién los quiera comer, lamer o follar. Su lengua se metió, como hasta entonces nunca una mujer se gratis por cam había metido en mi boca, mientras con sus manos me tocaba la polla. Se dio vuelta, levantó su culo hacia mi, me dio el pote, saqué crema y comencé a untarle ese divino culo, cuando mis dedos resbalaban puse mi verga en la puerta y di un golpe. La verdad es que ni importancia le chicas con webcam gratis di a eso, y continué bebiendo y bailando, y en medio de la borrachera que agarré, quizás por hacerme la graciosa, en cierto momento mientras bailaba, solo por relajar, comencé a mostrar mis tetas. Puedo decir, que jamás sentí un sentimiento de culpabilidad y que es más, pensé que esta experiencia despertó en mí un ser sensual que jamás antes había salido. En el ala izquierda, y en primer término, se encontraba Mariona, una cuarentona, jefa de servicio de una Dirección General de no recuerdo qué administración pública, y cuyo mayor encanto eran unas bien moduladas piernas. Yo que miraba la escena dije: "No sean egoístas y acérquense, soy yo quien necesita lecciones".

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